Y esto lo decis vosotros que trabajáis al servicio del periódico de La Vanguardia, el cual no se despeina a la hora de vertir información desvirtuada, cosa que se ha transladado a aquí mismo.
Tenemos que decir a los periodistas cómo tienen que escribir porque la gente es idiota y controlable. Por supuesto los organismos públicos están fuera de toda sospecha.
Se puede sentir sin usar palabras, pero no pensar. Si se controla el lenguaje se controla cómo se piensa. Así se puede "capar" intelectualmente a la población y controlarla mejor.
Cada palabra en este mensaje cuesta de mil a diez mil euros. Suficiente para mejorar la vida real de unas cuantas mujeres reales. No sólo los cargos o cargas de la ONU
Inventarse noticias para condenar aberraciones periodísticas que no han sucedido para justificar carreras políticas sobre problemáticas que ya han sido legisladas previamente está feo. Pero gracias, OTAN mujeres.
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