La artesanía en cuero, cerámica y textiles: habilidades tradicionales

Las habrás visto mil veces, quizá sin poder identificar qué o de dónde son, más allá de unas “alfombras” de mil colores. Pero no, son las famosas jarapas, unas alfombras multicolores típicas de Andalucía y confeccionadas con tejidos gruesos, hechos de lana o trapos viejos retorcidos, con urdimbre de algodón o fibra sintética. Entre ellas, destacan las realizadas en Bubión, donde el telar Hilacar tiene varios premios en su haber.

Es una de sus señas de identidad, y no es para menos, porque esta técnica, que se introdujo en el siglo XVI, es una de sus señas de identidad. El choque de los bolillos nunca se perdió en la zona de Calatrava, conocida ya a nivel mundial por sus preciosas obras artesanales. Durante todo el año en Almagro, se intenta mantener y fomentar esta tradición con la celebración de cursos de encaje, encuentros de encajeras a nivel nacional y con actos y exposiciones en el museo del Encaje.

Muchos la han intentado imitar, pero el sello de identidad de la cerámica de Sargadelos es único. Esta artesanía se caracteriza por sus diseños inspirados en motivos y formas tradicionales de la cultura celta y gallega. La fábrica fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento en el 2014.

La cerámica que se produce en La Bisbal d’Empordà es tan importante, que se ha convertido en distintivo de origen protegido por la Unión Europea. La cerámica es y ha sido una de las principales actividades económicas de la población desde el siglo XVIII, que no solo produce artículos de alfarería, sino también todo tipo de elementos de cerámica decorativa.

El trabajo con el cuero siempre se ha considerado un oficio noble y milenario. La elaboración tradicional de estas pieles por guarnicioneros o artesanos está en clara recesión debido a la implantación de los procesos industriales, pero todavía hoy existen algunos trabajadores del cuero. España siempre ha tenido una gran tradición marroquinera y continúa siendo un referente a nivel internacional por su dominio de las técnicas, sabiendo sacar todo el partido a un producto al que hay que saber trabajar adecuadamente para poder obtener los mejores resultados.

Dos pueblos únicos con gran tradición cestera que sin duda han sabido mantener la técnica original con el paso de los siglos. En la isla de Mallorca una palmera produce el garballó, material sin el que no sería posible esta artesanía;una palmera autóctona de la isla cuya hoja se recoge en verano y sirve para elaborar cestas y bolsos. Esta artesanía es liderada por las mujeres que transmiten sus conocimientos de generación en generación.