Carlos Navarro, más conocido como El Yoyas, se encuentra en el epicentro de una controversia legal y mediática tras un año en busca y captura. Este ex concursante de Gran Hermano, condenado a 5 años y 8 meses de prisión por maltrato continuado hacia su ex mujer, Fayna Bethencourt, ha desafiado las órdenes de la justicia al negarse a ingresar voluntariamente en prisión.
El drama legal se desencadenó el 14 de noviembre de 2022, cuando el Juzgado de Paz de Vilanova del Camí requirió a El Yoyas que cumpliera su pena. Sin embargo, hizo caso omiso, lo que llevó al Juzgado Penal número 5 de Las Palmas de Gran Canaria a emitir una orden de busca y captura el 25 de noviembre del mismo año, denegándole la suspensión de la pena.
A lo largo de este período de evasión de la justicia, Carlos Navarro ha encontrado refugio en el anonimato, esquivando tanto a los periodistas ávidos de la historia como a las autoridades. A pesar de las numerosas entrevistas y declaraciones públicas, El Yoyas ha logrado mantenerse oculto, generando incertidumbre sobre su paradero real.
En medio de la controversia, el ex concursante ha solicitado públicamente al presidente Pedro Sánchez el indulto o la amnistía, además de la condonación de sus deudas con Hacienda. Estas demandas, aparentemente desesperadas, se suman al complejo entramado legal que rodea su caso.
El Tribunal Supremo rechazó en abril pasado la revisión de la condena, desestimando nuevos elementos presentados por El Yoyas, como una pericial informática que él asegura cuestiona la versión de su ex mujer sobre los maltratos. Mientras tanto, el entorno de Navarro lamenta la constante presencia de periodistas y cámaras en la vivienda familiar, insistiendo en que él no se encuentra allí.
En este tenso juego entre la ley y la evasión, El Yoyas parece decidido a mantener su postura de resistencia, dejando en suspenso el desenlace de esta historia que ha capturado la atención de la opinión pública.