En un hito que quedará marcado en los anales de la historia madrileña, una mascletà de proporciones épicas hizo temblar la capital española, congregando a una multitud apasionada de más de 20,000 personas. Este espectáculo pirotécnico, cargado con más de 307 kilos de pólvora, rindió un homenaje visual a la Senyera de Valencia, transportando la esencia festiva de las Fallas al corazón del Río Manzanares.
La alcaldesa María José Catalá y el presidente Carlos Mazón encabezaron la ceremonia, destacando la ausencia notable de José Luis Martínez Almeida. A pesar de la magnificencia de la mascletà, la celebración no estuvo exenta de polémica, ya que la ubicación elegida generó críticas fervientes. El estallido de fuegos artificiales se produjo en un entorno natural, dando lugar a la lamentable consecuencia de aves muertas encontradas por varios vecinos en los alrededores. Este controvertido aspecto ha suscitado debates sobre la responsabilidad ambiental de eventos de tal envergadura, eclipsando en parte la grandiosidad de la histórica mascletà.
Todo este show costó 50.000 euros para durar 7 minutos.