Santiago Abascal, líder político de VOX, no duda en enfrentar las acusaciones con determinación. En un ferviente mitin, cuando un grito de "racista" rompió el aire, respondió con un vigoroso contragolpe. "¡Hay ahí un gilipollas que me llama racista!", exclamó, su voz resonando sobre la multitud. Su respuesta, directa y sin titubeos, llevaba consigo una lección profunda: "¡Que no es el color de piel, mendrugo! Que es lo que tienen en la cabeza. Igual que tú, que la tienes podrida!".
Con estas palabras, Abascal desafía la simplificación de los prejuicios y recalca la importancia de la mente sobre la apariencia, reflejando su convicción en la lucha contra la intolerancia y la discriminación.